La ansiedad es un exceso de futuro que nace de la incertidumbre de no saber qué va a pasar…
Es una emoción, un aumento de la tensión psíquica que nos hace sentir desbordados.
Las emociones son energías que hay que agotar. Una manera de hacerlo, es buscando el placer.
Para alivianar la ansiedad tenemos que aceptar la incertidumbre. No siempre vamos a saber qué va a pasar.
Estamos pensando todo el tiempo en mañana, la semana que viene, meses próximos, ¿Cómo voy a hacer para saldar mis deudas? ¿Podré irme de vacaciones? ¿Me alcanzará el dinero que tengo para llegar a fin de mes? ¿Podré compartir la navidad con mis seres queridos?
¡STOP! ¡PARÁ! ¡DETENETE!
Lo único que tenemos seguro es el aquí y ahora. Ni siquiera sabemos qué pasará dentro de cinco minutos. De esta manera, me pierdo de disfrutar lo único que tengo y lo más valioso… el hoy.
Debemos ir por UN DÍA A LA VEZ, UNA COSA A LA VEZ.
Maneras posibles de disminuir la ansiedad:
- Haciendo cosas que nos hagan bien, que nos gusten.
- Escuchar música
- Bailar
- Hacer gimnasia
- Cocinar una comida rica
- Hablar con alguien que extrañamos
- Incorporar un nuevo aprendizaje diario. Todos los días buscar aprender algo nuevo.
- Una receta
- Un tema que me interese o al revés, algo que no tiene nada que ver con mi vida, que nunca me interesó (Ponerme a bordar, hacer jardinería, etc.)
- Hacer cosas que tenías pendientes
- Un buen ejercicio es acomodar el placard/la casa
- Re-distribuir muebles
- Cambiar la decoración de lugar…
- Cultiva tu mente. Llevar a nuestro cerebro a pensar cosas positivas.
“Donde pones tú atención, pones tú energía. Aquello a lo que le dedicas tiempo, cariño, pensamiento e imaginación, florecerá. Así que cuida a qué le dedicas tú energía, porque eso es lo que florecerá”.
- Reducir la cantidad de horas frente a pantallas o en redes sociales
La constante comparación de lo que vos estás haciendo mientras ves que los demás están siendo más productivos, también te lleva a generar ansiedad.
Desconectar, reducir la cantidad de horas que pasamos viendo vidas ajenas hará que tengamos más tiempo para poder ver hacia adentro y qué estamos haciendo con la nuestra.
- Convertir el “¿por qué me pasa esto?” A un “¿Para qué me pasa? ¿Qué enseñanza me quiere dejar?”.
- ¿Qué aprendí de esto?
“No sabemos cómo las cosas son, sólo sabemos cómo las observamos o cómo las interpretamos”.
¡Les mando un saludo! ¡Nos vemos el próximo viernes!
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Fuente: Estefanía Talaván
- Coach Ontológico Profesional | Asociado Nº: 4478
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