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47% de los niños argentinos sin Wifi en su hogar para estudiar

La tecnología en la educación llegó para quedarse pero no vino a reemplazar al docente y su presencialidad. La pandemia clausuró la dicotomía de la “tecnología sí o no” como herramienta educativa, pero de ninguna manera reemplaza el rol del docente y mucho menos, la importancia de establecer vínculos humanos durante los diferentes períodos de aprendizaje de una persona.

Según la ONU, de un día para otro, el 95% de los alumnos de América Latina de todos los niveles formales, vieron afectado su ritmo normal de educación presencial teniendo, en el mejor de los casos, que sostener el aprendizaje en forma remota. Sin tecnología y sin Internet, gran parte de los jóvenes del mundo, no hubieran podido seguir estudiando, explica Javier Minsky, CEO de Virtualmind.

Los sistemas de videollamadas, las plataformas interactivas, los entornos virtuales (aulas y campus entre otros) son los protagonistas de la educación durante los meses que llevamos sin clases presenciales. El uso de estas plataformas, herramientas y dispositivos sirven para mantener los vínculos entre alumnos, profesores y familias, pero además, para sacar a la luz las bondades y posibilidades de los adelantos tecnológicos que nos pueden aportar a los procesos de enseñanza. La transformación digital, las innovaciones y adelantos en materia de tecnología de la Información y comunicación, encontraron su lugar entre tantas otras prácticas que la pandemia aceleró. La tecnología en la educación ya estaba entre nosotros, pero la crisis sanitaria mundial apuró su maduración.

Beneficios de la tecnología en la educación

  • Interactuar, jugar y aprender desde diversas plataformas, lo que fomenta el clima de participación durante las clases.
  • Aprender a distancia en horarios flexibles, y personalizar sus lecciones según sus prioridades.
  • Los docentes cuentan con excelentes herramientas organizacionales, de planificación y educación, permitiendo ahorrar tiempo y avanzar más rápido en la enseñanza.
  • Las plataformas pueden integrar y lograr sinergia entre todos los actores del sistema educativo: personal escolar, alumnos y familias.
  • Permite identificar de manera temprana el riesgo de deserción, con el fin de prestar soporte a los estudiantes y familias.
  • Acorta distancias, rompe fronteras entre estudiantes y establecimientos educativos de todo el mundo.
  • Los dispositivos permiten una comunicación rápida, fluida y segura entre las instituciones educativas y los alumnos.
  • Permite grabar las clases, favoreciendo a los alumnos que no pudieron conectarse en el momento puedan ponerse en tema, así como también facilita el repaso de lo aprendido.

Desafíos de la tecnología en la educación

Los beneficios del uso de la tecnología son evidentes, pero también conllevan responsabilidades. La implementación de herramientas y soluciones tecnológicas en el ámbito educativo enfrenta retos.

  • Se necesita un cambio cultural que llevará su tiempo, porque inevitablemente cada comunidad cuenta con periodos de maduración diferentes.
  • Las instituciones educativas también deben pasar por un proceso de adaptación, de aceptación de la necesidad y de incorporación de tecnología para su etapa de aprendizaje.
  • Docentes y alumnos tienen que aprender a trabajar de modo colaborativo, sacando lo mejor que pueden aportar los entornos virtuales para complementar con la instancia presencial.
  • Es clave formar a los docentes para que puedan incorporar nuevas herramientas a sus clases. Y también comprender que las innovaciones en el mundo tecnológico avanzan a pasos agigantados, lo que obliga a los docentes a estar actualizados y al día con los cambios que van sucediendo. Es aquí, donde las instituciones, deben invertir en capacitaciones y formación para un adecuado uso de las plataformas y herramientas.
  • Los sistemas de tareas y evaluación tienen que adaptarse a las nuevas tecnologías, para que los alumnos puedan enfrentar los retos de la realidad actual y de “la nueva normalidad”. Los dispositivos electrónicos y el software especializado deben ayudar a reforzar el aprendizaje y la autonomía en los alumnos
  • La era digital, nos obliga a un cambio de paradigma, pensado para jóvenes que necesitan otro tipo de incorporación de conocimientos y preparación para la sociedad del conocimiento; que sean capaces de hacer frente a las demandas de las nuevas habilidades del siglo XXI.

Todo esto es posible, si rápidamente se puede empezar a acortar la brecha digital, problemática que la pandemia también colocó entre los temas de prioridad de la agenda de los gobiernos de todo el mundo. La desigualdad en el acceso a Internet ya existía antes de la pandemia, según el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), casi el 50% de los niños y adolescentes del país, no tiene computadora y un 47,1% no cuenta con wifi en su hogar. Por otra parte, el Observatorio de la Deuda Social Argentina, asegura que esta desigualdad, es aún más significativa en sociedades de menores recursos, donde el número se eleva a 7 de cada 10 niños y/o adolescentes que no cuentan con estas posibilidades tecnológicas.

Todo indica que el regreso a clases presenciales será progresivo, escalonado y con protocolos hasta que llegue la vacuna. Es en este contexto, donde el Estado, las empresas y las instituciones educativas tenemos que trabajar en conjunto para que la educación a distancia esté garantizada en todos los estratos sociales. Al mismo tiempo, ser capaces de planificar procesos de enseñanzas mixtos –presencial y virtual-, apoyándose en las bondades de la tecnología, entendiendo que es parte de un cambio de paradigma, donde no viene a sustituir nada ni a nadie, sino a complementar, a aportar nuevos contenidos y recursos propios de las nuevas generaciones de alumnos y docentes

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