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Coaching, episodio 2: el martillo

Cuando hablo de Coaching suelen preguntarme si es una tarea netamente intelectual.

Mi respuesta negativa no se hace esperar. Es por ello que les digo que el coaching es como un martillo; es una herramienta que implica fuerza.

Como planteáramos anteriormente vamos a hacer un recorrido por distintos temas para, permítaseme la analogía alquímica, convertir nuestra piedra bruta en piedra pulida. No es una tarea que se hace de la noche a la mañana, ni es simple o fácil. Pero contamos con herramientas que nos ayudarán a nuestro cometido.

La fuerza de voluntad es una de ellas, en nuestro caso representada por el martillo.

La voluntad es la actividad primigenia que debe emerger de nosotros y que dará inicio a toda la transformación. Sin ella nuestra transformación será nula y seguiremos siendo una piedra bruta.

Nuestras emociones, valores, apegos e ilusiones impulsaran nuestro martillo transformador. Debemos saber cultivar esa destreza con emociones cuidadas, valores estimados, apegos mensurados e ilusiones sublimes, así nuestra fuerza es la justa para el cometido, con una intensidad adecuada.

Porque al igual que al dar un golpe con excesiva pasión puede desgranar nuestra piedra, las pasiones descontroladas pueden  echar por suelo cualquier objetivo, haciendo del proceso del coaching una actividad vana y dilapidante.

Por otro lado un golpe débil y magro jamás podrá eliminar esas capas de rutina petrificada de nuestras sólidas estructuras.

No le suceda a usted, estimado lector, querer golpear rápidamente su piedra con el afán de pulirla de inmediato y llegue a fatigarse sin siquiera haber empezado a rendir frutos su labor. Tampoco sea perezoso en su tarea dejando pasar el tiempo y las oportunidades de aprender.

Tenga la suficiente humildad de llamarse aprendiz en el arte del coaching, porque sólo con el martillo en la mano se aprende a golpear; sólo con fuerza de voluntad el coaching se manifestará en usted transformándolo en la piedra pulida a la que aspira (y que pueda inspirar a otros, por que no)

Una cosa más; no damos golpes de martillo directamente sobre una piedra para tallarla. Nos valemos de una nueva herramienta que hará que nuestros calculados y hábiles golpes sean destinados finamente a quitar las impurezas: EL CINCEL.

Un abrazo cordial y hasta la próxima.

Lic. Paulo E.Bitar

  • Coacher
  • +54 261 707 6501
  • pauloebitar@yahoo.com

 

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