Franco Fusari es un ejemplo de versatilidad. Su nivel de adaptación a circunstancias, su capacidad de romper moldes y salir de la zona de confort lo definen. Artista muy conocido en el ámbito de los eventos por su gran estilo y capacidad de tocar el saxo como los dioses; hoy se destaca en el ámbito de los negocios.
Luego de muchos años de saxo Franco Fusari decidió con su hermano y un amigo arrancar un proyecto gastronómico y es así como hace nos cinco años comenzaron con Modesto Godoy Casa de Café, un espacio para desfrutar cafés de especialidad, desayunos y parrilladas en un lugar de estilo tradicional.
En pandemia decidieron tomar un nuevo desafío y abrir el segundo Modesto, Modesto Civit, que se encontraba completamente emplazado en una zona muy diferente, con una idiosincrasia completamente distinta a la que a la que tenían los otros locales. Ahí vino el desafío explica Franco: “adaptamos a una marca, o hacemos lo que la marca hizo hasta ahora, pero al final no fue replicarlo, sino hacer la misma propuesta, pero en un entorno completamente diferente y pensado para ese entorno inmediato. Lo que vos quizás sentís cuando entras en uno es muy distinto al otro, al margen de que cuando tenés el individual y abrís la carta es lo mismo”.
Modesto Civit es un local más empresarial, donde la gente se reúne a tomar un café, a cerrar un negocio o hablar de negocios, ya que tiene un corte más laboral. Mientras que Modesto Godoy es más artístico, más privado para trabajar tranquilo; son dos conceptos diferentes dentro de una misma marca
Explica que el rubro gastronómico era desconocido para él, pero que fue un importante disparador: “porque uno tampoco sabe del todo exactamente que te vas a encontrar cuando emprendes algo, cuando arrancas algo, es como que después las cosas te sorprenden y ahí donde está el surf. Ya sabemos cómo es este país, entonces tenemos que surfear más. En un montón de momentos cuesta muchísimo que den los números donde la ecuación a veces es muy difícil, muy cerradita, muy chiquita, muy justa y hay que tener esa esas ganas de seguir siempre adelante para entender que por ahí el camino es más a largo plazo y no tan a corto”, explica.
¿Dónde está el secreto para surfear la ola del desafío?
“A nosotros nos pasó y me parece que puede ser capacidad de adaptación e ir sabiendo leer el camino y las cosas terminan sucediendo. A mí me sirvió mucho intentar tener un objetivo bien arriba desde el principio, tener un norte con una posibilidad de crecimiento enorme. Después si ese norte no es exactamente el del inicio, pueden ir pasando cosas y se va escalando en el camino”, explica Franco.
Capacitación, clave en el mundo empresarial
Hacer cursos especializados, leer y estar atento al hilo diario, buscar qué hay disponible dentro de la oferta educativa y mucha capacitación en marketing digital ha sido la manera de llevar adelante estos proyectos de la manera más seria. Además de aprender cada día más sobre el negocio, es importante aprender a delegar cuando los proyectos comienzan a funcionar, a necesitar más cabeza y en este sentido buscar aliados capacitados es fundamental.
Los proyectos de Franco y sus socios hoy brindan trabajo a unas 80 personas y eligen trabajar los equipos de trabajo con una estructura más horizontal, si bien siempre hay una autoridad, se intenta que el trato entre todos sea fluido.
Gastronomía, un mundo muy cambiante
En este difícil sentido, Fusari explica que “El recambio es terrible y es un poco problema del modelo y un poco problema del país. La gastronomía tiene un nivel impositivo igual que en cualquier rubro, pero a veces se necesita el doble o el triple de gente que cualquier modelo tradicional administrativo. No hay nadie que se haya puesto a pensar que la gastronomía emplea mucho personal y no se nos está dando una ayuda a nivel impositivo para que el empleado esté un poco mejor, que se le puede pagar más, tener a todo el mundo en regla y que eso no sea un problema para un negocio que tenga que cerrar porque el nivel de empleo que genera”.
La eterna pasión por el saxo
Franco Fusari comenzó a los 10 años los estudios de música y paralelamente en la Universidad Nacional de Cuyo aprendía a tocar piano, clarinete y saxo. Si bien hoy en día está embarcado en sus proyectos de Modesto Godoy Casa de Café y La Social Pizzería de Barrio, sigue su camino musical con el saxo en algunos eventos puntuales y está grabando canciones con importantes referentes de la música, sumado a su reciente rol de papá.
Escucha la entrevista aquí: https://www.youtube.com/watch?v=HVxYMgq_wIM