Que los tiempos cambian y la forma de vincularnos se impregna de esos cambios es una realidad en todas las áreas de la sociedad en la que vivimos. El amor, el deseo de enamorarse, formar una pareja o conocer a alguien con quien compartir, no escapa a las nuevas formas de relacionarse – y a las nuevas tecnologías – que faciliten esos fines: armar un perfil con un apodo o el nombre verdadero, con datos, fotos, para formar parte de un “book” de un sitio web de citas, que en la mayoría se abona una tarifa para poder leer todos los mensajes, ver a todos/as a los que les gusta, poder responder y otros beneficios, según el sitio. Allí las personas ven pasar uno/a tras otro/a a los candidatos/a con los que pueden tener alguna coincidencia, simplemente gustarse físicamente, adherir a algo escrito, coincidencias por test que realizan, edades similares o de búsqueda, etc.
Hay personas que se relacionan de esta manera y tienen mayormente buenas experiencias. Hay otras, en cambio, que las mismas no son favorables y relatan lo siguiente:
-No tenía la edad que decía cuando se conocieron (las fotos a veces no están actualizada)
-Rápidamente propone un encuentro sexual sin otra intención de vincularse.
-Me dejaron plantada/o.
-Tuve que bloquear a la persona.
-Te “histeriquean” (palabra bastante usada en estos tiempos que refiere a veces a distintos significados)
¿Qué opinan Ellos y Ellas de este tipo de encuentros?
Ellos a veces opinan que Ellas: buscan personas con historias cerradas, sin pendientes (podemos aclarar que parecen referirse a que estén divorciados o viudos, sin obligaciones parentales, con buena posición económica, etc., según las edades serán los requisitos)
Ellas a veces refieren que Ellos: realizan invitaciones que pueden ser sólo a tomar un café y después, en algunos casos, la propuesta de encuentro íntimo; hablan y desaparecen; a algunos parece que hay que darles explicaciones; otros tienen un lenguaje soez difícil de sostener; algunas mujeres tienen dudas si realmente ese hombre no está comprometido ya con una pareja estable, matrimonio, etc.
Como dijimos al principio, no todos viven estas experiencias negativas, algunos han hallado a su pareja, disfrutan, conviven o no, como muestran algunas historias publicadas en las mismas páginas web o cuentan los protagonistas a sus amigos y familiares. Otros han conocido a alguien con quien compartir momentos y han sostenido la relación durante bastante tiempo o encontraron compañeras/os en esta etapa de la vida que atraviesan (ya que hay personas de todas las edades, ámbitos sociales, culturales, económicos, etc.) y disfrutan de ello.
Algunos dicen: “es una manera de estar relacionado con otras personas” (aunque sea a través de un chat, Skype o whatsapp, mientras están en la búsqueda). Reconozcamos que en tiempos de amigos en facebook, seguidores en twitter, instagram y todos los medios tecnológicos que nos permiten comunicarnos y mostrarnos, hay mucha gente que está sola y/o se siente sola.
¿Qué sucede con aquellos/as que no han encontrado todavía lo que buscan?
Hay quienes se frustran, pierden la esperanza de encontrar a otro/a, se angustian y es lo que escuchamos en los espacios de ayuda profesional de counseling y seguramente en otras profesiones de ayuda psicológica.
Como counselors enfocados en la persona, es decir centrados en esta persona que está buscando relacionarse, formar una pareja, etc., escuchamos atenta y activamente sus sentires, cómo se ha relacionado y lo hace en la actualidad, podemos compartir qué expectativas tiene con respecto a la búsqueda, entre otras cosas, y trabajamos juntos para hallar las alternativas posibles y propias para alcanzar lo que desea.
Pero fundamentalmente acompañamos a la persona que sufre “soledad” o se siente sola, a encontrarse con ella misma, a descubrirse como “buena compañía” para sí misma; y desde esa fortaleza que representa estar bien con uno mismo, desde esa creciente completud, ir al encuentro del compañero/a con más de sí para compartir y menos necesidad de completar vacíos que probablemente nadie pueda completar.
“La soledad no es estar solo, sino estar vacio”, decía Seneca.
Fuente: Counselor Laura Crotti
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