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¿Dónde escondí mis emociones?

«Escondí́ tantas veces mis sentimientos que ya no sé donde los dejé…»

El miedo a no saber expresar bien lo que sentimos o a llorar y que nos vean «débiles» también son motivos que pueden llevarnos a ocultar nuestros sentimientos.

  • IDENTIFICA LAS EMOCIONES QUE OCULTAS:

A veces identificamos qué sentimos, pero no sabemos cómo decirlo. Te invito a que le pongas nombre a lo que sentís: Alegría, Enojo, Rabia, Tristeza, Miedo, Frustración…

Expresar la emoción implica ser consciente de lo que estamos sintiendo. Por ello es esencial reconocer nuestras emociones y no reprimirlas.

MEJORAR ESTOS TRES ASPECTOS TE AYUDARÁ A LIBERAR MEJOR TUS EMOCIONES:

Asertivo: consiste en conocer los propios derechos y defenderlos, respetando siempre a los demás.

Empático: es la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Te ayudará a entender otros puntos de vista y a llegar a soluciones consensuadas.

Reflexivo: ante situaciones que te parezcan complicadas, repasa con antelación las posibles soluciones y salidas. Ganarás confianza.

¿Cómo te relacionas con tus emociones?

 ¿Qué papel juegan en tu vida?

 ¿Son tus aliadas o enemigas?…

Somos seres emocionales, ellas conviven todo el tiempo con nosotros, no podemos negarlas, hay que hacerlas parte de nuestra vida.

Las emociones son pura energía y hay que gastarlas/agotarlas, es decir permitir-me expresarlas y no tenerles miedo. Dejar que me hablen, aunque lo que me digan no me guste. Ya que ellas no aparecen por casualidad, son una señal, una especie de timbre, que me predisponen para la acción.

Las emociones no son ni buenas ni malas, ni positivas ni negativas, más bien diría que pueden ser funcionales o disfuncionales, placenteras o displacenteras, ello dependerá de cómo las gestione. Nuestro primer paso deberá ser aceptarlas, no encapsularlas negándolas o reprimiéndolas. Debo exteriorizarlas.

Hay ocasiones en las que hablar de las cosas que sentimos no nos es una tarea fácil y mucho menos cuando tenemos que hablar de aquellas cosas que nos hieren y nos lastiman emocionalmente hablando.

A veces escondemos lo que sentimos por el miedo a cómo pueden reaccionar las personas que nos rodean. Nos escondemos para que otros no nos vean como personas débiles, vulnerables o incapaces de seguir el curso de la vida después de una situación difícil. Lo físico siempre será visible y las emociones también, porque cuando escondemos lo que nos hace daño, tarde o temprano nuestro cuerpo sabe delatar que algo no está bien dentro de nosotros.

Lo que no sabemos decir con palabras en muchas ocasiones construye una pared emocional entre aquellas personas que nos rodean y nosotros. Aquellos sentimientos que no expresamos hace que no podamos conectar al máximo con las cosas que vamos viviendo en el ahora.

Hablar de lo que sentimos es salud emocional y también física.

En ocasiones nos preocupamos más en cómo nos vemos físicamente ante los ojos de los demás. Más que preocuparte por el exterior, comenzá a trabajar con tu vida interior, conectá un poco más con tu esencia, tus emociones, tus sentimientos, cómo ves y aceptas todo lo que te rodea.

Cuando emocionalmente estamos sanos, físicamente también lo estaremos, cuerpo y alma trabajan en armonía. No escondas tus emociones, aprendé a ser consciente de cada una de ellas; aunque duela, a la larga, siempre va a ser mejor.

Contenido exclusivo para MASSNEGOCIOS Diario Online

Fuente: Estefanía Talaván

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