Rocío Portillo, DJ, productora de música electrónica, periodista, live performer y cantante argentina, regresa al país tras un intenso tour europeo que la consolida como una de las artistas más influyentes de la escena electrónica nacional.
El año pasado llevó su música a Barcelona, Ibiza, Ámsterdam, Copenhague, Madrid, Tenerife y Mallorca; y este 2025 volvió a cruzar el Atlántico para presentarse en nuevos destinos como Croacia y Escocia, y volvió a conquistar escenarios en Dinamarca, Ibiza, Mallorca y Barcelona, compartiendo cabina con referentes mundiales como Hernán Cattáneo, Nick Warren, Guy J, Sasha y John Digweed. En paralelo, llevó su propuesta a México y Chile, ampliando su presencia en Latinoamérica.
«Esta nueva gira por Europa me confirmó que no hay límites cuando trabajás con pasión y constancia. Ahora empieza una etapa en la que seguiré volcando todo lo aprendido en nuevos proyectos, desde radioshows hasta música propia y colaboraciones que me entusiasman muchísimo. Siento que este es el momento de crecer y de llevar mi música a otro nivel», afirma Rocío Portillo.

A su proyección internacional se suma a un recorrido en escenarios icónicos de Buenos Aires y presentaciones en festivales y eventos en Argentina, como Mendoza, Córdoba, Neuquén, San Luis, Salta, San Juan, donde su propuesta innovadora —que integra su voz y músicos en vivo en sets híbridos— la distingue dentro de la escena electrónica.
Oriunda de Mendoza y criada en una familia atravesada por la música —su madre cantaba en un coro y su padre es director coral—, desde el día en que nació estuvo rodeada de música clásica, tango y folklore en su casa, o acompañando a su padre a sus ensayos y escuchándolo tocar el piano. Esa cercanía temprana la llevó a estudiar canto, instrumentos y también a explorar otras disciplinas artísticas como teatro, baile y dibujo. Con el tiempo comprendió que la música es un universo inmenso e infinito, que exige estudio y perseverancia, muchas veces injusto como todo en la vida, pero que también puede ser un lugar de servicio: un lenguaje para expresar y transmitir, para estar conectados y acompañados, manifestar o denunciar, abrir caminos, romper parámetros y mejorar el mundo que habitamos.
Su vínculo con la electrónica nació a los 18 años, primero como consumidora, como raver. Inspirada por exponentes nacionales y grandes referentes mainstream y del EDM que despertaron su curiosidad en la infancia, decidió profundizar sus estudios en mezcla y producción musical, convencida de que ambas disciplinas debían ir de la mano. En esa etapa también ejercía como periodista, lo que la llevó a explorar la música con mirada crítica y curiosa, construyendo poco a poco una identidad propia respaldada por referentes internacionales y plasmada en colaboraciones con artistas como Karim Sar Sar (saxo) y Valley AR (guitarra). Actualmente trabaja en la producción de piezas originales y radioshows, proyectando su carrera hacia nuevas fronteras.
Pero detrás de su crecimiento artístico hay también una historia de resiliencia. En 2019, Rocío fue diagnosticada con leucemia, un desafío que atravesó con valentía y que transformó su manera de ver la vida y de encarar su arte. “El cuerpo sabio siempre habla, solo hay que saberlo escuchar, y hacía tiempo que percibía que algo no estaba bien; el punto de inflexión fue una fiebre descontrolada que apareció repentinamente”, recuerda. A partir de allí comenzó un camino de controles médicos que derivó en el hallazgo de la enfermedad.
El diagnóstico no la paralizó: “La muerte es lo único seguro que vamos a experimentar desde el día que nacemos, y nunca me dio miedo. Lo que quería evitar era el sufrimiento innecesario y, en mi caso, necesitaba saber si valía la pena luchar para sanar. Así pude tomar la decisión de aprovechar el tiempo que me quedaba y vivir al máximo”.
Hoy, tras cinco años de tratamientos, tres quimioterapias y sin la necesidad del trasplante de médula ósea que en un principio le habían indicado, Rocío celebra su alta definitiva en diciembre de 2024, cerrando una etapa difícil que hoy capitaliza como motor creativo y de conexión auténtica con el público. “Agradezco profundamente todo lo que viví, fue duro pero fue una bendición. Aprendí cosas que de otra forma no habría podido, y hoy siento que tengo una segunda oportunidad para aprovechar al máximo todo lo que hago”.
Esa experiencia la marcó de manera indeleble: le enseñó la importancia de llevar una vida lo más sana posible —alimentarse bien, descansar, hacer ejercicio y acudir a controles médicos— y reforzó su compromiso con causas solidarias. Actualmente colabora activamente en campañas de concientización y de donación de sangre y médula ósea, convencida de que es una manera de devolver todo lo que recibió durante su proceso de recuperación.
Su historia es la de una mujer que decidió transformar la adversidad en inspiración, y que hoy abre camino con su música en un circuito donde todavía predominan los hombres, inspirando a nuevas generaciones de artistas a confiar en su talento y a conquistar sus propios escenarios.






