Puertas adentro

Quien se enoja pierde

Años atrás decíamos con un grupo de amigas «El que se enoja pierde», no me acuerdo de donde salió o porque estaba esa frase entre nosotras, pero se decía siempre. Quedó tan grabada en mi memoria, que ante cualquier sensación de enojo la recordaba de forma instantánea.

Esta semana hubieron varias situaciones en donde me sentí enojada, pero hubo un hecho en particular en donde hizo que esta frase volviera a mi cabeza, pero no de la forma habitual, sino que vino en forma de pregunta.

No me costo mucho descubrir que fue lo que hizo que repreguntara una frase, solo bastó con que se tocara la palabra «valores», en ese instante mi cabeza se paralizó por completo.

[De acuerdo a lo que dice Fred Kofman en su libro Metamanagement; el enojo es una combinación de tristeza o miedo y el juicio de que quien ha generado esa tristeza hizo algo que no debía haber hecho, transgrediendo o violando ciertos límites significativos para uno].

Tomando este concepto, antes hubiese pensado «Perdí todo un día enojada o triste por esto»; hoy, domingo 13 de noviembre del 2016, digo:

«Gané todo un día de aprendizaje»

Es increíble como podemos aprovechar el enojo o enfado como oportunidad de aprendizaje. porque podemos restablecer nuestra integridad personal y nuestros límites con el sólo hecho de declarar nuestro enojo de una manera honorable. Para esto es fundamental el tener claro que valores queremos vivir y así poder defenderlos. El defender nuestros valores es lo que más nos lleva a sentir Paz interior y confianza en nosotros mismos.

[Descubrir la Paz y la fuerza incondicional que surgen naturalmente, al aceptar que uno está definido por sus acciones y no por las acciones de los demás. Comprender compasivamente que, finalmente, toda persona hace lo mejor que puede (dentro de sus limitaciones y de sus modelos mentales), Fred Kofman].

Después de leer esto me surgió la siguiente pregunta… ¿Y que hago con las personas con las cuales pensamos u opinamos distinto?, Ya sé!, mi cabeza que piensa más rápido me trae estas teorías tan fáciles de leer y tan difíciles de aplicar; El problema no está en tener opiniones diferentes, el conflicto emerge porque, en lugar de valorar esas diferencias y saber como aprovecharlas, las vemos como una potencial amenaza a nuestra identidad y autoestima.

Si esto es así, entonces…

¿Como aprovecho las diferencias que existen con otros?

Recordando primeramente que podemos acercarnos a otro aún cuando opine distinto, sin la intención de manipularlo y moldearlo para que cambie y se adapte a mi manera de entender el mundo.

¿Y que sería acercarme al otro sin ninguna intención de manipularlo, sino de comprenderlo?

Carl Rogers lo explica así: Una de las emociones más satisfactorias que conozco procede de valorar a las personas de la misma forma en la que puedo valorar un atardecer. Las personas pueden ser tan maravillosas como el más bello atardecer, si me permito que lo sean. De hecho es muy posible que el motivo por el que apreciamos tanto los atardeceres sea que no podemos controlarlos. Cuando contemplo un atardecer, no le digo: atenúa un poco ese naranja de la esquina derecha, pon un poco de violeta por debajo y un poco mas de rosa a las nubes. No hago nada semejante. No intento controlar el atardecer. Contemplo su despliegue con pura admiración.

Pero hay momentos donde, además de escuchar y valorar nuestras diferencias de opinión con otros, necesitamos llegar a un acuerdo.

¿Que sucede entonces cuando hemos escuchado al otro, lo hemos comprendido, pero seguimos opinando distinto?

Bueno, la respuesta estará en la nota del próximo Domingo, porque da para expandirse bastante.

Pero para cerrar esta nota regreso a la pregunta titular… ¿Quien se enoja Pierde?, definitivamente NO.

Fuente: Lic. Carolina Montalto para MASSNEGOCIOS Diario Online

Conscious Business Coach

 

© 2021 MASSNEGOCIOS

Desarrollado por Joel Ovejero