En la mayoría de las empresas, se tiene la creencia de que el dinero es lo único que motiva a un empleado o miembro de un equipo. Esto no es así. Ellos encuentran su motivación en aspectos bastante alejados al monetario. Hay una serie de comportamientos o herramientas para la práctica de la motivación, que correctamente usados, pueden ayudar a los líderes a mejorar sus acciones con el fin de lograr objetivos establecidos.
Estas herramientas para la práctica de la motivación son:
1. Dar Consejo. Dar un consejo de forma honesta, clara y constructiva en el momento preciso puede estimular el cambio en la persona que lo recibe. Puede parecer un tanto simplista pero el impacto que puede tener un consejo dado de la forma adecuada, puede ser de gran ayuda.
2. Eliminar Obstáculos. Otra forma efectiva de afrontar la motivación de los miembros de un equipo consiste en identificar y eliminar las excusas y los obstáculos que existen en los esfuerzos hacia el cambio. Para el jefe, dar un consejo motivacional práctico, puede ser de gran ayuda para que el empleado identifique y supere los elementos inhibidores de su motivación.
La mayoría de las excusas y los obstáculos tienen que ver con el acceso a los recursos necesarios o a otras estrategias para el cambio. Cada uno de estas excusas y obstáculos ha de tratarse con el trabajador de forma individualizada, desmontando aquellos inconvenientes que sean insignificantes y estableciendo planes de acción para los más complejos.
3. Ofrecer Alternativas. No son muchas las personas a quienes les guste que les digan lo que tienen que hacer. Cuando una persona siente que ha elegido una forma determinada de actuación, sin ningún tipo de influencia, la motivación intrínseca aumenta. Ofrecer a los empleados la posibilidad de elegir entre diferentes maneras de realizar una tarea puede disminuir la resistencia al cambio, aumentar la motivación y mejorar tanto el cumplimiento como los resultados.
4. Practicar la Sintonía. Cuando el responsable logra sintonizar con el empleado, la resistencia de éste al cambio disminuye y aumenta su motivación para actuar correctamente.
La sintonía no busca la identificación con el otro, ni trata de comprender el porqué de su comportamiento, sino que trata de identificar la lógica con la que el trabajador elabora los pensamientos que le llevan a comportarse de una forma determinada, y su forma de comunicarse, para poder interactuar con él, en el mismo nivel lógico y con las mismas pautas comunicativas.
5. Dar Feedback. Dotar a la persona de una referencia sobre dónde se encuentra es crucial. El conocimiento detallado de la situación exacta en la que está envuelta la persona es imprescindible para desarrollar su motivación para el cambio. A veces no basta sólo con que sepa cuál es su punto de partida, sino que también es muy significativo saber cuáles son los objetivos a cumplir.
6. Ofrecer Ayuda Activa. Es responsabilidad del jefe tener una actitud activa y generativa en el proceso de motivación y de cambio de su colaborador. Aunque es correcto que el cambio depende del empleado, el jefe puede intervenir e influir muchísimo en la motivación demostrándole disponibilidad para ayudarlo.
Estos son simplemente algunos ingredientes para lograr la motivación del empleado. Elaborar la receta más efectiva le corresponde al líder, teniendo en cuenta las características de cada persona y utilizando para ello la combinación y la cantidad adecuada de estos ingredientes.